En estas dos escenas Degas nos presenta un grupo de bailarinas (ya características en sus obras) que a simple vista su representación no es del todo fiel a la realidad.
Estas pinturas están influenciadas por las consignas que planteó la fotografía.
El punto de fuga se desvanece dándole una sensación bidimensional a la obra, los puntos de vista desde donde se sitúa el artista cambian completamente, es decir cambia el modo de encuadre y por ejemplo las figuras de los cuerpos no están completas y por momentos hay solo brazos o piernas o esbozos de ellas. Además vemos cómo estas obras están tomadas desde puntos de vista laterales adquiriendo una mirada general más fragmentada. A partir de los colores y el tratamiento, por ejemplo, de los vestidos con una determinada luz (una fuente artificial que es proporcionada desde el escenario) estas escenas no terminan de ser nítidas, las situaciones están yuxtapuestas y las figuras se funden. Su inclinación por capturar el instante y capturar este dentro y fuera de una misma cosa hace imaginarnos que las observa desde el palco de un teatro pero también vemos en otros ejemplos como las obras contemplan escenas entre bambalinas o ensayos, pero siempre siguiendo un mismo objetivo: capturar el instante de intimidad.

¿estas pinturas nacen de bocetos, fotografías o la memoria emotiva de Degas?
Bailarinas basculando
Edgar Degas, 1880
Bailarinas en escena
Edgar Degas, 1883
Van Gogh es distinguido por el uso del color en gran parte de sus obras. Investigaciones indicarían que presentaba un tipo sinestesia relacionada al uso del color y los sonidos. En “La noche estrellada” vemos como el movimiento de sus pinceladas son expresivas y dinámicas, los azules oscuros de los montes podrían ser tonos graves, el cielo podría ser un sonido fluido, mientras que los amarillos y colores claros de las estrellas y la luna pueden ser notas más agudas y brillantes.
Sinestesia